Tras el descanso oficial de la Fórmula 1 me toca volver a ella desde el DTM, donde hemos hecho dos carreras en el mes de agosto como bien sabéis los lectores de este blog. Afortunadamente esta vez toca circuito nuevo: Spa – Francorchamps. Y cuando digo nuevo se que me entendéis perfectamente, no es un circuito al que haya ido este año o tenga que volver a ir. Y aunque fuera así, Spa, es Spa…
Como es tiempo de verano y llevamos unos días de calma automovilística, he escrito esta pequeña reflexión sobre la casuística de viajar en avión. No es un tema estrictamente de competición, pero como va muy ligado a mis aventuras espero que os guste. Viajar es interesante, pero también tiene muchos inconvenientes. Mucha gente cree que esto que hacemos es apasionante y divertido y no niego que lo sea en algunos aspectos, que nos enriquezca culturalmente y que nos permita vivir la competición de manera directa, algo que nos da una pátina de conocimiento muy superior a quien sólo ve las carreras por televisión. Pero también tiene muchos inconvenientes y curiosidades.
Casi sin tiempo para respirar ni hacer la colada volvemos a viajar, esta vez a Hungría. Al igual que hace una semana, vuelvo a un circuito en el que hace muy poco que he estado. Y además con la amenaza del calor. Si en Alemania sufrimos, lo lógico es que en Hungría sea peor, pero en algunas predicciones hablan incluso de lluvia, especialmente el domingo.
No fui a Rusia la semana pasada para la carrera DTM, algo que ya estaba previsto desde principios de temporada y eso significó por tanto un cierto descanso en mis ajetreados fines de semana. Pero el descanso dura poco y es hora de partir hacia el siguiente destino, el Gran Premio de Alemania. Francamente, ir a Hockenheim no es lo más apasionante que pueda hacer, esta será mi decimoquinta visita en los último ocho años y en el total de mi vida ya he perdido la cuenta. Pero un Gran Premio siempre es un Gran Premio.
Nueva experiencia en un Gran Premio, esta vez Austria, adonde voy para cubrir la GP3 y la Porsche. Ir al Red Bull Ring no es una novedad aunque por una vez soy el único de todo el grupo que ya ha estado allí. Ayer estuve con Raimón Durán locutando las carreras históricas de Gran Bretaña, siguiente cita del calendario.
Hay carreras que año tras año agrandan su leyenda, aunque sea sólo por el hecho de haberse celebrado de nuevo. Cada edición de las 500 Millas de Indianapolis nos recuerda que aquella fue una carrera legendaria venida a menos, pero no por ello pierde su grandeza. Cada edición de las 24 Horas de Le Mans es la confirmación de una carrera siempre al alza, probablemente la más importante del mundo en estos momentos.
