Duelo fuera de la pista

El Gran Premio de Mónaco tuvo poca historia en pista pero mucha fuera de ella. La actitud de Lewis Hamilton fue muy negativa, no aceptando de ningún modo la derrota y buscando desestabilizar a su compañero incluso con referencias de mal gusto apelando a la diversidad del origen de ambos.

Por su parte Nico Rosberg tampoco está libre de culpa, por cuanto su maniobra el sábado “aparcando” el coche en el último momento y que le permitió conseguir la pole, quedara por mucho tiempo bajo sospecha.

La superioridad de los dos Mercedes sobre los demás les permite dedicarse a pelear entre ellos a la espera de que la incursión de un tercero les obligue a mirar hacia adelante en lugar de estar mirándose el uno al otro. Y hasta que esto no ocurra, Lewis y Nico se han enzarzado en un falso duelo fuera de la pista.

A mi modo de ver la maniobra de Nico fue premeditada, si bien acepto que no tengo claro hasta que punto hubo intencionalidad. Nico dudó sobre qué hacer y optó por frenar en seco para entrar en la escapatoria. Como me dijo Antonio Lobato, “cuando se bloquean ruedas en esa curva se hace cien metros antes” y es verdad. Lo que no se es hasta que punto él había pensado en hacer eso o si simplemente fue una decisión improvisada.

Pero pese a que Lewis puede tener razón en su enfado, sus peticiones por radio para que el equipo le hiciera entrar antes a él para pasar a Nico, me recordaron mucho al Hamilton de 2007, que también organizó una gran trifulca porque Ron Dennis no aceptó cambiar su táctica para que pudiera batir a Alonso. Curiosamente cuando le pregunté a Marco Canseco si lo veía así, me dio un razonamiento muy interesante: “No, no es lo mismo porque ahora Hamilton se encuentra en el papel de Alonso entonces. Él es el número 1 y no acepta ahora lo que pedía para él entonces.”

Y mientras ellos se pelean fuera de la pista, porque dentro poco, el que pasa primero la primera curva gana la carrera, los demás siguen intentando colmar la diferencia mecánica que les separa. Y de momento el único que parece tener más fe que medios es Daniel Ricciardo, quien salió mal pero fue mejorando conforme avanzó el Gran Premio para acabar tercero pegado a Hamilton, quien adujo problemas de visión, pero que no necesitó cuidado alguno al acabar la carrera, al menos de forma inmediata.

Vettel y Raikkonen siguen sufriendo la comparación con sus compañeros de equipo, ya que Alonso consiguió un tiempo siete décimas más rápido que Kimi y acabó en cuarta posición. Sin ese misterioso pinchazo quizás el finlandés habría conseguido un resultado acorde con lo que se espera de él, pero de momento tendrá que esperar. Y Sebastian está sufriendo lo que Webber en estos últimos años: si algo se rompe en un Red Bull, es en el suyo.

Me gustó mucho la carrera de Bianchi, un piloto en el que no creía hasta ahora pero que ayer hizo muy buena carrera, no cometiendo errores y sabiendo aprovechar los errores de los demás. Por una vez que el índice de abandonos fue superior a lo normal, supo estar ahí y sumar los primeros puntos de un equipo “low cost” desde que éstos llegaron de la mano de Max Mosley. Marcus Eriksson se quedó a un puesto de hacer lo mismo y por una vez demostró que puede estar en la parrilla.

El Gran Premio de Mónaco dio poco de si deportivamente, como siempre. Es un GP en el que lo más importante no es la carrera, sino en toda la parafernalia francamente decadente que hay a su alrededor. Afortunadamente ahora viene la antítesis de Mónaco, Canadá, normalmente uno de las mejores carreras de la temporada.

PD: Perdonad por la falta de fotos, pero no se me descargan y ya voy con mucho retraso. Ya las añadiré si puedo.