El perigeo McLaren

Estos días están teniendo mucho eco algunas reacciones y comentarios en contra de Fernando Alonso, aprovechando el pésimo momento McLaren, que se encuentra sin duda en el perigeo de su historia.

Nunca antes este equipo había estado tan mal. Ni siquiera cuando la gestión de los herederos de Bruce McLaren fue tan nefasta que Marlboro les obligó a vender el equipo a Ron Dennis.

Incluso en aquel año de 1980, en una crisis descomunal que acabó con toda la dirección fuera del equipo, Watson y Prost puntuaron seis veces, con dos cuartos puestos incluidos, en una época en la que había treinta coches y solo puntuaban los seis primeros.

Por esto digo que ahora McLaren está en el momento más bajo de su historia, con problemas de todo tipo, con líos y peleas por el accionariado del equipo, sin patrocinador principal, con un coche que no parece nada del otro mundo y con un motorista que tiene mucho trabajo por delante, mucho más del que nos quieren hacer creer.

Pero como ya dije en una entrada anterior, el único activo positivo de todo el panorama actual son algunas personas clave que supongo están haciendo lo imposible para sacar al equipo de la crisis. Mecánicos, ingenieros, managers… y como reflejo de todos ellos, los dos pilotos del equipo, Alonso y Button, que han de lidiar no solo con el coche, sino también con la prensa que los asedia en busca de respuestas que ellos no tienen.

En este contexto Alonso se encuentra ahora como víctima de un pim-pam-pum de todos sus detractores, que aprovechan el momento para saldar con él cuentas pendientes o para soltar ahora lo que durante años no se atrevieron a decir. Las declaraciones de Niki Lauda no me sorprenden por cuanto ya sabemos que de vez en cuando las suelta de ese calibre aunque luego tenga que ir a pedir disculpas como el año pasado, cuando dijo que Ferrari había construido “una mierda de coche”. Lo que pasa es que era cierto, el coche del año pasado era eso, pero lo que no era correcto es que lo dijera él y por eso se tuvo que disculpar.

Y ahora ha hecho lo mismo disparando contra Alonso, que se ha visto también insultado por una periodista de Sky Italia y que recibe constantes pullas de la prensa italiana y de sus aficionados e incluso desde España le están tirando dardos envenenados por dejar Ferrari y marchar a McLaren, o lo que es lo mismo, por tomar una decisión que hoy por hoy parece equivocada. Curiosamente del sitio de donde está recibiendo más respeto es de Gran Bretaña, de los periodistas con quienes tuvo sus enfrentamientos más encarnizados. Pero está claro que los “British” saben de esto, saben que McLaren reaccionará y últimamente Alonso se ha ganado a dicha prensa y lo ha hecho en la pista, que es donde se desenvuelve mejor.

Alonso nunca ha sido un licenciado en diplomacia, siempre ha dicho las cosas tal como las pensaba y en ocasiones, hay que reconocerlo, no precisamente con oportunismo y elegancia. Algunos comentarios se los debería haber guardado para sí o para discutirlos puertas adentro y más en esta época donde prima lo “políticamente correcto”. Incluso últimamente, las contradicciones sobre su accidente de Barcelona y el oscurantismo que sigue existiendo alrededor del mismo no son una buena manera de afrontar la difícil situación actual y generan esa desconfianza a su alrededor que es probablemente el mayor enemigo de Alonso.

Como profesional de la información entiendo que hay que tener una cierta objetividad, saber mantener una determinada distancia con las personas y con los hechos para poder analizarlos o comentarlos, pero la situación actual me parece penosa. Aprovechar el bajo momento de McLaren para cebarse en uno de sus pilotos (sea quien sea) para reprocharle los errores propios y ajenos y mofarse con saña es la demostración de que la ignorancia es muy atrevida, que hay mucho listo y mucho sabio que no tiene ni idea de que va esto, pero también es el reflejo de que hay esa percepción a su alrededor, la percepción de que ha cometido un error enorme dejando Ferrari para irse a una McLaren en sus peores días. Esto de momento es así y mucho tendrán que cambiar las cosas para que esa percepción cambie y eso solo sucederá si acompañan los resultados en la pista, algo que de momento parece difícil que pueda suceder.

Afortunadamente en la otra cara de la moneda estamos viendo a un Alonso que parece el tipo más feliz del mundo: nunca le había visto tan sonriente, tan tranquilo e incluso tan calmado en sus respuestas. Sin duda sus objetivos ahora son distintos a los de estos últimos años, sabe que su tiempo vendrá pero que si no llega pues tampoco hay que desesperarse por ello. Al fin y al cabo nadie le va a quitar lo que es y lo que ha sido, uno de los mejores pilotos del mundo.