La salida y el Safety

El Gran Premio de Singapur ha tenido un desenlace inesperado gracias a la intervención del Safety Car, que nos ha permitido ver una carrera de verdad. Hasta la mitad de la misma ha sido una procesión aburrida.

Pero si algo ha destacado en esta primera mitad ha sido la salida de Fernando Alonso, verdaderamente monumental y que ha sido la base de su excelente resultado al final.

Que naturalmente no ha podido ser otro que repetir el de las dos últimas carreras, ser segundo detrás de Sebastian Vettel. El alemán está hoy por hoy en otra dimensión, ya que todo el fin de semana ha estado no uno sino dos pasos por encima de cualquier rival. Sin duda la comunión coche-piloto es la más perfecta no ya de la parrilla, sino la de los últimos años. Desde la época de Michael Schumacher no se había visto cosa igual.

Detrás de él la carrera ha sido sosilla ya que los pilotos rodaban en grupos pero sin poder adelantarse aunque afortunadamente el Safety ha salido gracias al accidente de Daniel Ricciardo y así ha empezado una carrera distinta.

Por twitter he leído bastantes criticas a Ferrari cuando han hecho parar a Alonso, porque ciertamente parecía un error. Pero después ha quedado claro que el equipo y el piloto han tomado una buena decisión ya que como ha dicho el propio Alonso al final, no tenían nada que perder y valía la pena intentarlo.

La jugada ha salido perfecta y Alonso, como Kimi Raikkonen, han sabido jugar muy bien sus bazas para superar a los dos Mercedes, que quien ha visto y quien ve a un Ross Brawn que antaño era el rey de la táctica. Rosberg ha perdido dos posiciones y Hamilton apenas si se ha quedado en el mismo sitio.

Pero lo que es evidente es que los 32” que le ha sacado Vettel a Alonso con un Safety por en medio dan la medida de cuan grande es la distancia entre ambos monoplazas. Este campeonato está liquidado y sólo el empeño y la bravura de Alonso lo mantienen vivo a la espera de que los números certifiquen la evidencia. Fernando es un luchador nato y porfiará esperando el milagro hasta el final, pero nos guste o no, sólo una concatenación de desastres pueden impedir que Vettel gane el título.

Alguno de estos desastres podría ser que el coche que se rompiera alguna vez fuera el suyo y no el de Webber como desean todos los seguidores de Alonso y en cierta medida bastantes aficionados, por aquello de alargar un poco la incertidumbre. Ya se que muchos creen que no es casualidad que el coche que siempre tiene problemas sea el de Webber, pero no hay que olvidar que en Silverstone fue el de Vettel, así que como dijo el año pasado Alonso, la suerte se va repartiendo a lo largo de la temporada.

Además de Webber hay que anotar también el abandono de Romain Grosjean, quien estaba haciendo una carrera excelente hasta su abandono. No tiene suerte el piloto francés ya que tal como han ido las cosas parecía el candidato al escalón del pódium que ha ocupado un gran Kimi Raikkonen, autor también de una excelente carrera y que revaloriza aún más su fichaje por Ferrari.

También son de destacar la carrera de los dos Sauber, especialmente la de Hulkemberg de nuevo en los puntos, la de Massa, sexto con una parada más que los demás y la penosa imagen de los dos McLaren, intentando hacer lo mismo que Alonso y Raikkonen pero con un resultado mucho peor. La crisis en Woking es monumental y si tal como están las cosas en Ferrari muchos de sus seguidores piden la dimisión de Stefano Domenicali, los de McLaren no se lo que pueden pedir para enderezar la situación. O si… ¡Dennis vuelve aunque sea de mecánico!

Globalmente el Gran Premio de las lucecitas no me ha parecido nada del otro mundo, una carrera perfectamente prescindible del calendario sino fuera porque sólo tiene un activo positivo en su haber. Y es que siempre acaba saliendo el Safety, lo que permite reiniciar las carreras al estilo americano y en días como hoy ha sido lo que ha salvado el espectáculo.