Ahora que estamos en plena epopeya del Dakar, bien vale la pena echar un vistazo al pasado par recordar que esto de los “raids” viene de muy lejos, casi podríamos decir que las primeras carreras ya eran intentos de este tipo, recorrer grandes distancias con coches casi de serie y desde entonces han existido muchos desafíos de esta índole.
La Maratón Londres-Sidney fue una de ellos, una carrera que celebró su segunda y última edición verdadera en 1977, casi al mismo tiempo que nacía el Dakar. En ambas ediciones ganó Andrew Cowan, la segunda con un Mercedes 280E igual al de las fotos.
En aquellos años Mercedes participaba muy poco en competición y apenas si prestaba servicio a algunos clientes a través de empresas como AMG. Sin embargo el Raid Londres-Sidney, auténtica prueba de resistencia llevada a cabo con vehículos de serie, fue de su interés y aunque los coches fueron inscritos de forma particular, la marca de Stuttgart estaba detrás.
No es de extrañar por tanto que ficharan a Andrew Cowan, el ganador de la primera edición de esta prueba en 1968, para que les ayudara en la preparación del 280E, que como muestran las fotos, no dejaba de ser un modelo estrictamente de serie con todos los refuerzos posibles para resistir una prueba verdaderamente dura.
El Raid duraba 45 días, se recorrían 35.000 km. por toda clase de terrenos, la mayoría pedregosos o desérticos. En Irán se atravesaba el desierto de la Sal, 400 km que se podían recorrer a un promedio de 140 km/h y se hicieron casi 9.000 km de desierto australiano. Se pasó por Singapur sólo para satisfacer al patrocinador, una de las primeras ocasiones en que una compañía aérea patrocinaba una gran prueba.
En aquellos años una carrera como esta se hacía sin asistencias, ni helicópteros, ni GPS, ni radios y sólo la aventura y los aventureros decidían su suerte. Más o menos como el Dakar hasta que se popularizó y sobre todo hasta que aparecieron los GPS que sin duda minimizaron mucho el concepto de aventura de este tipo de pruebas. Los participantes sólo encontraban asistencias esporádicas y la mayoría de problemas tenían que resolverlos por su cuenta con el material que llevaban a bordo o con la ayuda de algún mecánico o taller que pudieran encontrar por el camino.
Andrew Cowan, copilotado por Colin Maikin primero y por Mike Broad después ganó el raid con un coche inscrito por The Rank Organisation. Su planteamiento consistió en no liderar la carrera, en ser conservador hasta llegar a Australia, dejando que el polaco Sobieslav Zasada llevara el peso de la carrera con su Porsche privado por delante de los coches oficiales de Mercedes, Citröen y Peugeot. Cuando llegaron al temido desierto australiano, tal como había previsto Cowan atacó hasta colocarse líder y ganar la prueba delante de sus compañeros de marca Tony Fowkes-Peter O’Gorman que quedaron a tres horas y media de distancia. Detrás de los dos Mercedes se clasificaron dos Citröen y un Peugeot de un total de cuarenta clasificados sobre unos sesenta coches que tomaron la salida, un porcentaje de abandonos relativamente bajo para una prueba de esta envergadura.
El 280E que aparece en las fotos me lo encontré en Munich, en la primera edición del “DTM Road Show” y me sorprendió mucho porque recordaba esta prueba pero muy vagamente y encontrar un coche que parece ser el original (dudo que Mercedes expusiera una réplica sin al menos advertirlo) resultó impactante. El coche es el del segundo clasificado, inscrito como “Johnson Rally” pero tan oficial como el de Cowan. En las fotos se puede ver que el concepto de “derivado de serie” es absolutamente verdadero. Pesa 1840 kg. lleva un motor de 6 cilindros y 2,7 litros y cambio de cuatro velocidades.
Y una última curiosidad de aquella prueba: uno de los primeros abandonos fue el del Mercedes de Achim Warmbold, que llevaba de copiloto a un tal Jean Todt.
Una vez más, notable!!!!!!!
No tenía idea de esta prueba, gracias por esta info Carlos.
Respecto de Jean Todt, ganó como navegante alguna vez el Dakar, correcto??
Bueno, un notable no está mal. A ver si la próxima vez alcanzo el sobresaliente…
Todto ganó el Dakar como jefe del equipo Peugeot varias veces.
Qué lindo ver un auto de calle preparado para un rally y no un auto de rally preparado para un rally!!!
Muy bueno el artículo. Al menos yo, no tenía idea de ese raid Londres-Sidney. Eso sí que era un desafío. Sin GPS, imagino lo difícil que debe haber sido, sobre todo en los desiertos. No digo que ahora sea una pavada, porque veo las imágenes del «Dakar» (ridículo que se siga llamando así) y los caminos son realmente difíciles, pero convengamos que no hay riesgo de perderse ni de morirse de sed o de frío o que te agarren los beduinos para jugar al tiro al blanco.
El otro día con unos amigos, viendo la extensión que está tomando el «Dakar», comentábamos qué bueno que estaría que se reeditara la Buenos Aires-Caracas. Habría que sumar a Ecuador, Colombia y Venezuela.
Saludos y gracias por estas historias.
¿Pole al fin?
Supongo que te refieres a la Carrera Panamericana, ¿no? Aquella también fue una gran prueba con los famosos «Autos de carretera» sino recuerdo mal. Fue allí donde Fangio empezó a hacerse notar.
Este… las fotos del coche son con el volante a la izquierda, o yo estoy borracho y veo mal. 😉
Quitando eso, felicidades Carlos, grandes artículos para apuntar cosas poco conocidas.
Saludos,
Lo mismo estaba pensando yo.
Un artículo muy bueno sobre una prueba que no conocía, pero lo del volante a la derecha…
Jo, el comentario jocoso me ha quedado muy serio. Cómo se nota que es viernes. 🙂
Lo siento,, Carlos.
Jo que burro. Tenéis toda la razón, no se donde leí que el volante iba a la derecha lo escribí y luego ya no me acordé más de eso. Pido disculpas y ya lo he eliminado del texto.
Interesantísimo artículo,
Es curioso porque precisamente estos días he estado leyendo sobre las victorias de Mercedes en el Rallye Bandama en 1979 y 1980 con el W107 (450/500 SLC), con los que Cowan quedó 3º en el ’79 y tuvo que abandonar en el ’80.
Un saludo Carlos !!
Ya es casualidad que estuvieras leyendo sobre el Bandama. La prueba que merece una historia era el Safari, quizás algún día me anime.
Otra prueba totalmente desconocida por mi. Gracias.
Viendo el mapa del itinerario pienso en que hoy en día seria políticamente imposible repetirlo.
Gran prueba digna de los mejores aventureros.
Así era, pero demasiado grande incluso para la época, sólo pudieron celebrarla dos veces.
¡Cuanto que aprender aun madremía!,
desconocía la existencia de esta prueba, y me recuerda a la Paris-Pekin (¿o deberíamos decir Pekin-Paris?) de la cual pusiste -maese- un link interesantisimo a una pagina donde contaba la crónica en primera persona de uno de los protagonistas y que me gustaría releer durante esta curling season.
¿no lo tendrás por ahí a mano?
Está en los comentarios:
http://carloscastella.wordpress.com/2011/10/14/de-pekin-a-suzuka/
Gracias por ponerlo, pero el enlace que hay en los comentarios de tu entrada ya no lleva a la crónica de la Pekin-París aunque hay un artículos históricos muy interesantes sobre todo el del Gran Premio del Automobile Club de France de 1908.
Gran entrada Carlos! Este clase E es probablemente uno de los coches más fiable que conozco. Precisamente estas dos semanas estoy trabajando en Marruecos y la mayoría de taxis son este clase E pero en Diesel. Llegaron de segunda mano a Marruecos con un montón de Km encima, ya que eran taxis alemanes y en algunos todavía se ve marcada en el maletero la D de Alemania de la pegatina que había estado antes allí y que el sol ha dejado marcada. Son coches que deben tener millones de Km y no quieren otro ya que es indestructible. El taxi no sale hasta que no hay 6 pasajeros! Supongo que es un mal diseño porque el coche dura mucho más de lo que tenía que haber durado.
Un saludo
Por eso los coches alemanes han tenido siempre tan buena fama, porque eran buenos y robustos.
Muy curioso y divertido lo que explicas, Pedro.
Interesante artículo 🙂
Aqui dejo un enlace con algunas fotos del Mercedes que mencionas en el artículo (curiosa la pegatina de la parte trasera informando que lleva el volante a la izquierda):
http://www.facebook.com/media/set/?set=a.10150171122563772.309717.87533918771&type=1
En cuanto al rally, tanto esta prueba como la Londres-Méjico me resultan más interesantes que los raids actuales, en los que o se reducen el kilometraje, cambian el formato de la carrera (como pueda ser la Baja Aragón) o la orientación de la carrera, lo que hace que practicamente todas las carreras sean la sprint debido a la cantidad de asistencias y de medios; ello supone que los privados sin apoyos no pueden llevar el ritmo de carrera, ya sea porque al ser una carrera de «poco» kilometraje no pueden jugar la baza del consumo o de la constancia y si es una carrera de muchas etapas, en cuanto tienen un problema un poco gordo acaban empalmando final de etapa con el inicio de la siguiente, llegando un momento que se quedan fuera del control horario porque los horarios van muy justos.
Me ha venido a la cabeza el París-Moscú-Pekin de principios de los 90’s, creo que debe de ser la última carrera de este corte a un nivel profesional.
Por cierto, una pregunta ¿cuántos kilómetros tenían los «tramos» cronometrados en el Londres-Sidney?
Un saludo y repito, interesante artículo.
Es cierto, hoy en día todo es relativamente más fácil (sin quitarle mérito a los pilotos evidentemente) y las distancias se miden en minutos cuando en aquella época se medía en horas: ¡3 y media entre el primero y el segundo!
No había tramos, sino controles horarios y un tiempo determinado para recorrer las distancias. El tiempo perdido en los controles era el que conformaba la clasificación.
Ok, entonces como el antiguo Safari ¿no?
Si… sería interesante saber cuando se introdujeron los tramos cronometrados en la forma en que los conocemos hoy.
Exactamente no sé el año, pero fue, si no estoy equivocado, en los años 50’s en Finlandia y Suecia debido a la peligrosidad de mezclar coches en carrera con vehículos ajenos a la competición.
Supongo, que sería sobre mediados-finales, porque me imagino que tomarían esas medidas después del accidente de Pierre Levegh en Le Mans o del de Alfonso de Portago en la Mille Miglia. Pero ya te digo que esto último son suposiciones.
Por estos lares tuvimos en 1978 la «Vuelta a la América del Sur». Se disputó solo una vez, superó los 29.000 km y también fue ganada por el binomio Cowan-Malkin, esta vez con un Mercedes 450 SLC.
Según he leído la quieren reeditar durante este año.
Saludos!
¡Caramba! Este si es un buen dato Andrés, no conocía esta prueba.
Un auto legendario, con el que nada más y nada menos el gran Andrew Cowan ganó dos años seguidos. Gracias por esta foto
Gracias a ti Israel.