Título de Constructores decidido

El Gran Premio de Rusia ha sido un tostón, aburrido, sin emoción y con un resultado totalmente previsible. La conclusión de la carrera es que Mercedes ha ganado el título de Constructores de forma totalmente merecida mientras Hamilton ha dado un paso más para ganar el título… y la renovación de su contrato.

Y digo merecida porque su superioridad a lo largo del año ha sido absoluta y por tanto es lógico este final y que uno de los títulos se cierre con tres carreras de anticipación. 

Esa superioridad se gestó a largo de los tres años anteriores en los que tras comprar Brawn GP tuvieron que darle la vuelta a toda la estructura, ya que al suprimir el doble difusor, todas las ventajas de aquel coche desaparecieron. Les ha costado pero al final han hecho un coche campeón, amparándose sobre todo en un nuevo reglamento que han sabido interpretar mejor que nadie, mejor incluso que Adrien Newey.

Además sus dos pilotos están bien escalonados. La diferencia entre Lewis Hamilton y Nico Rosberg es muy poca, pero suficiente para marcar diferencias. Durante una buena parte del año parecía que Rosberg podría batir a Hamilton, pero desde Spa parece haber perdido auto confianza y encadena pequeños errores uno tras otro o simplemente no encuentra ese punto de concentración necesario para batir a Lewis.

De esta forma el campeonato parece camino de decidirse a favor del británico, aunque con la doble puntuación de la última carrera probablemente eso no sucederá hasta entonces. Pero lo más lógico es que gane el campeonato y se gane la renovación si es que este no es un tema totalmente cerrado y que todas las especulaciones sobre su futuro no sean más que rumores provocados para mantener el interés mediático ante la falta de interés deportivo.

Y detrás de ellos solo Bottas puede mantener el ritmo, ¡ay si al menos el segundo coche estuviera en mejores manos! Durante las primeras vueltas Hamilton y Massa rodaban juntos tras el primerizo y justificado cambio de neumáticos y aunque no llevaban los mismos, el uno ha acabado segundo y el otro fuera de los puntos.

Ferrari sigue su imparable cuesta abajo y pese a la buena salida de Alonso y la parada de Rosberg, que daba a entender que podría luchar al menos por el pódium, esta vez ha sido una mala parada la que ha fallado en el equipo, que cuando no falla una cosa falla otra, sino la tercera y sino la cuarta. No creo en confabulaciones visto lo bien que ha ido Raikkonen (apoteósico noveno), pero a veces pienso que habría que cerrar el “Reparto Corse” y volver a empezar desde cero…

Con cinco motores Mercedes en cabeza hay poco que decir. Esta vez los McLaren se han comportado mejor de lo habitual, con Jenson Button otra vez delante de Kevin Magnussen, mientras en Red Bull Daniel Ricciardo ha vuelto a quedar delante de Sebastian Vettel. Parecía que Daniel Kvyat iba a hacer algo excepcional tras su excelente clasificación, pero al final los Toro Rosso han acabado detrás de sus “jefes”. Es decir, nada que deba sorprendernos y que rompa la tónica de lo que estamos viendo últimamente.

Y es que con este nuevo tilkódromo no podíamos esperar otra cosa. El circuito es muy poco exigente, no tiene una buena recta y solo hay una frenada verdaderamente interesante, la de la curva nº 13. El viernes y el sábado pudimos ver muchas pasadas de frenada, pero en carrera casi ninguna y sobre todo no ha sido determinante en ningún momento. A pesar de la cercanía de los muros nadie los ha tocado, señal de que es un circuito fácil; nadie ha podido colocar el coche más allá de lo que éste merecía, lo que indica que no es selectivo, que es un circuito de coche, donde el piloto poco puede hacer, lo que en un tilkódromo no es ninguna novedad.

La única novedad de este GP ha sido ver a Ecclestone sentado en una tribuna al lado de Vladimir Putin. Pero de eso ya os hablaré en mi crónica particular de la carrera dentro de unos días.