Todo a (des)apunto para Australia

Dentro de dos semanas la temporada de Fórmula 1 dará comienzo. Una temporada que se adivina muy larga, no sólo porque 19 carreras son demasiadas, sino sobretodo porque para algunos empieza demasiado pronto.

Pero las normas son iguales para todos y por tanto han tenido el mismo tiempo para preparar y construir sus chasis y sus motores. Si unos lo han hecho mejor que otros, no cabe duda de que tiene que dejarse todo así y “alea jacta est”.

O lo que es lo mismo, la suerte está echada y no hay que rasgarse las vestiduras si un equipo o un motorista no está a punto. Esto forma parte de la competición técnica y nos ayuda a tener una mejor competición deportiva. El hecho de que haya imponderables, equipos que pueden mejorar y otros que pueden empeorar no es sino la clave de un deporte en constante evolución.

Todos estos días de test han sido interesantes a pesar de que nunca hay que fiarse de ellos. Como es tradicional, el mejor tiempo se ha repartido de manera desigual y sin que sirva de referencia. Force India o Williams se han encaramado a lo más alto de la tabla, pero pensar que ellos van a ser los protagonistas del Mundial es muy arriesgado.

Aunque no me importaría que fuera así, porque seguro que Ferrari, Mercedes, Red Bull e incluso McLaren seguirán estando en la parte alta de la clasificación y serán dos de ellos o a lo sumo tres los que luchen por los dos títulos. Pero si a la fiesta se unen invitados sorpresa, no seré yo quien lo lamente.

Probablemente tendremos unas primeras carreras sorprendentes, con abandonos y resultados inesperados. Bien, esto no es ninguna novedad, ocurría a menudo cuando los motores no estaban congelados y por tanto los técnicos podían experimentar con mejor o peor suerte. Al fin y al cabo esta es la esencia de las carreras de coches, son un banco de pruebas, no un “show” único y exclusivo para la televisión.

Por tanto si tenemos carreras con muchos imponderables, sorpresas, roturas espectaculares o visitantes del pódium inhabituales, no podremos por menos que felicitarnos por haber vuelto a las carreras en su mejor expresión. No quiero ser “abuelo cebolleta” pero por poner un ejemplo, en 1999 Pedro de la Rosa debutó en Albert Park y lo hizo marcando un punto, el primero y último de aquella temporada. Sin quitarle mérito ni mucho menos a su gesta, lo cierto es acabaron 8 coches de 22 que habían salido, lo cual sin duda ayudó al piloto de Arrows.

Visto lo visto hasta hoy, que quien más quien menos ha roto algún motor o cambio, la norma de cinco motores y seis cambios para todo el año me parece que va a ser la clave del campeonato. Es probable que veamos una primera mitad determinada pero que el consumo de estos cupos obligue a los equipos a grandes cambios para la segunda mitad. Es decir, que pueden haber pilotos que tengan que sufrir penalizaciones por culpa de no tener motores ni cambios en las últimas carreras, lo que sin duda le dará emoción al final de temporada. Una emoción probablemente ficticia, pero emoción al fin y al cabo porque si a unos les ocurre y a otros no, volveremos a lo del principio: si unos han trabajado mejor que otros, el mérito debe ser para ellos, esperemos que no haya cambios de reglamento sobre la marcha que puedan favorecer a los más necesitados.

Deportivamente no hay duda de que los equipos Mercedes parecen estar un pasito por delante de Ferrari y juntos un paso grande lejos de los demás, cada uno en su escala. Si Mercedes y McLaren lucharán por el campeonato, Williams y Force India podrán ser los líderes de los demás, ya que quizás Red Bull pueda mantenerse en los primeros lugares, pero difícilmente lo hará Lotus. Y Ferrari estará ahí, pero no Sauber, así que la lucha se presenta interesante y sobre todo con un guión distinto al de los últimos años.

Ellos no están a punto para Australia, pero nosotros seguro que si, así que, ¡que empiece la función…!