¡Viva Canadá!

No se si este titular lo he usado en alguna crónica anterior, pero da igual porque merece ser repetido. El GP de Canadá es siempre una gran carrera, una de las mejores de la temporada y ayer mantuvo su nivel.

Primera victoria para Daniel Ricciardo y sobre todo, primera derrota de Mercedes. Algún día tenía que ser y fue, como no, en el Gilles Villeneuve.

Bahrein fue una buena carrera, pero le faltó el ingrediente que sí ha tenido esta, la lucha entre coches de distintas marcas por la victoria. Los frenos de los Mercedes no han resistido las exigencias del circuito y al no frenar con suficiencia tampoco podían recargar bien sus baterías. Esto dio como resultado un menor rendimiento de los coches plateados, el abandono de uno de ellos y el apelotonamiento del grupo de cabeza, que nos brindó una carrera espectacular.

Y hay que empezar por el vencedor. Daniel Ricciardo hizo una carrera excelente, no perdió la compostura ni cuando tenía a Vettel detrás pegado a su alerón y supo esperar su momento, o lo que es lo mismo, esperar que los neumáticos de Pérez se vinieran abajo. Un nuevo ganador siempre es una buena noticia y si es este simpático y extrovertido australiano aún más.

Y hay que citar la deportividad de Sebastian, quien a pesar de estar enfadado por la mala estrategia de su equipo (iba delante de Ricciardo antes de la parada) no dejó de felicitar y compartir la alegría de su compañero. No se si todas sus felicitaciones eran sinceras, pero al menos lo parecían y dese luego es mucho más agradable ver esto que no la cara de niño enrabietado de Hamilton en situaciones similares.

Un Hamilton que tendrá que luchar más de lo que esperaba para superar a Rosberg. Quizás el alemán no es tan rápido como el inglés, pero de momento parece cuidar un poco mejor la mecánica y eso le está dando muchos dividendos. De momento ha fortalecido su liderato no arriesgándose para defender una dudosa victoria y conformándose con el segundo lugar.

Un segundo lugar que tenía muchos aspirantes, los primeros alguno de los pilotos de Williams. Lamentablemente cada vez estoy más convencido que ni Bottas ni Massa están a la altura de este coche. El uno quizás porque aún es joven aunque a mi modo de ver no tiene carisma de líder y el otro porque parece incapaz de acabar bien una carrera. No estoy seguro de si el accidente fue o no culpa suya, pero una vez más no consiguió concretar un resultado que parecía a su alcance.

Y además del susto que se llevaron y nos llevamos todos, fue una pena, porque tanto Massa como sobre todo Pérez hicieron una carrera excelente. El brasileño remontando e incluso liderando unas vueltas y el mexicano aguantando con una sola parada todos los ataques de los Red Bull. Sólo cedió cuando sus agotados neumáticos le dejaron indefenso.

Y detrás… los Ferrari cada día dan más pena. Alonso tuvo que hacer de las suyas para acabar en un afortunado sexto lugar (que era octavo en la penúltima vuelta) mientras Raikkonen seguía en ese especie de limbo en que está desde que dejó Lotus. Se dijo que Ferrari iba a traer mejoras, pero empiezo a pensar que esto no es más que una cortina de humo para mantener el interés hacia ellos. Y si es cierto que ya están pensando en 2015, que no nos pase nada. Esta cantinela la llevamos oyendo desde 2011 y cada año están peor que el anterior.

Es posible que esta carrera haya sido un poco espejismo, un poco esa “carrera tonta” que ocurre de vez en cuando y que propicia la rotura del orden establecido. Estábamos ante la duda de si Mercedes iba a ganar todas las carreras o alguien conseguiría derrotarles. Lógicamente se han derrotado ellos mismos por culpa de fallos mecánicos, pero es un alivio saber que pueden pasar estas cosas.

El campeonato será cosa de ellos dos, pero al menos tuvimos una carrera de las de verdad, de las de disfrutar y pasárnoslo bien. No es casualidad que haya sido en un circuito de verdad, donde los pilotos pagan por sus errores y los ingenieros también.