Tras varios años de luchas internas cuya máxima expresión habían sido las carreras “piratas” de España ‘80 y Sudáfrica ’81, las luchas FISA-FOCA parecían haber entrado en un periodo de calma o al menos de tregua, especialmente gracias a que en Abril de 1981 se firmó el primer Pacto de la Concordia, que de hecho establecía una “separación de bienes” entre la FISA y la FOCA.
Los equipos ingleses iban asumiendo que no podían parar a los equipados con motores turbo, así que empezaban a buscar otras soluciones. Brabham, que pertenecía a Bernie Ecclestone, líder indiscutible de la FOCA, ya había firmado un acuerdo con BMW para utilizar motores sobrealimentados.
Las luchas políticas habían sido entre dos bandos, los ingleses en la FOCA y los llamados “legalistas” (casi podríamos decir los latinos, ya que sólo faltaba la francesa Ligier en ese grupo) en el otro. Eran menos pero mucho más fuertes: Ferrari, Alfa Romeo y Renault nada menos. Tras varios años de discusiones, el Pacto de la Concordia fue clave para firmar la paz, que si no definitiva, sí al menos calmó los ánimos y colocó a Balestre y a la FISA mucho más cerca de los postulados de Ecclestone una vez asegurada su cuota de poder (controlar la Federación y los reglamentos) y empezó a convertir a los ya «ex-legalistas» en los malos de la película.
En estas condiciones empezó el campeonato en Sudáfrica, con una gran polémica entre pilotos y Federación que llevó a los primeros a una insólita huelga. La carrera se salvó por poco y acabó con una aplastante victoria de Prost (foto de entrada) y una demostración de los turbo en calificación, favorecidos por la altura del circuito de Kyalami. La siguiente carrera en Brasil significó un cierto equilibrio de fuerzas gracias a la victoria de Piquet, que había dejado el Brabham-BMW de Sudáfrica aparcado para volver al más fiable Brabham-Cosworth, a pesar del enfado de los hombres de BMW. El segundo puesto fue para Keke Rosberg con el Williams-Cosworth y el tercero para Alain Prost.
Pero al acabar la carrera Ferrari y Renault presentaron una reclamación contra los dos primeros clasificados por llenar los compartimentos de “liquido refrigerante de frenos” al acabar la carrera, un depósito de 35 litros que llenaban con agua y que les permitía rodar toda la carrera por debajo del peso legal. Los Deportivos rechazaron la reclamación, y los reclamantes apelaron a la FISA (FIA actual).
Mientras tanto Gilles Villeneuve había liderado el Gran Premio de Brasil antes de salirse intentando aguantar a Piquet y quedó tercero en la siguiente carrera en Long Beach, de donde fue excluido por llevar un doble alerón irregular, pero aún sin resultados había podido constatar que las prestaciones del Ferrari 126 C2 eran muy superiores a las de su antecesor. Le faltaba fiabilidad y algo de estabilidad, pero la combinación del chasis de Harvey Postlewhite y la dirección técnica de Forghieri iba por buen camino.
En las tres carreras Villeneuve había batido sobradamente a Pironi en calificación e ido más rápido en carrera, pero hasta el momento sólo el francés había sumado un mísero punto. Pero el coche era bueno, sólo faltaba acabar de afinarlo. La progresión debía seguir en Imola, siguiente prueba del calendario donde debía disputarse el Gran Premio de San Marino. Ferrari iba a llevar en gran secreto sus nuevas faldillas fabricadas con resinas y maderas fenólicas (las de los barcos) para “serenar” el coche y corregir su excesiva tendencia a consumir los neumáticos.
Pero el martes anterior a la carrera iba a saltar una noticia bomba e inesperada: el tribunal de Apelación de la FISA daba la razón a Ferrari y Renault y consideraba ilegales los coches de Piquet y Rosberg en Brasil y de rebote a todos los atmosféricos, ya que el uso de aquellos “depósitos de líquidos de refrigeración” que podían rellenarse antes del pesaje, estaba generalizado. Ante tal situación, la respuesta de Ecclestone y la FOCA no se hizo esperar y en bloque anunciaron su renuncia a participar en el GP de San Marino, dando orden a los camiones de regresar a su bases, pues la mayoría ya habían emprendido el viaje hacia Italia.
Reabierta la guerra, los equipos fueron acusados por la FISA de boicotear una prueba del campeonato a la que tenían la obligación contractual de acudir, a lo que Ecclestone replicó que vista la decisión del Tribunal no podían participar, pues los coches estaban en los camiones con esta configuración, lo que implicaba su segura exclusión en carrera. Por tanto tenían que volver a sus bases para ser modificados y no había tiempo para hacerlo y llegar a Imola para las verificaciones del jueves.
El martes y el miércoles los fax y teléfonos echaron humo y el pulso entre las dos partes volvió a lo momentos más duros de las guerras de los dos últimos años. Los camiones, desperdigados por Europa, fueron concentrados por Ecclestone en Suiza, en un área de descanso a la entrada del túnel del Montblanc a la espera de noticias. Si había algún tipo de acuerdo podrían llegar a tiempo, pero esta vez Bernie tenía la oportunidad de demostrar que un Gran Premio sin ellos no tenía viabilidad.
Los camiones a los pies del Mont Blanc, a la espera de instrucciones. En primer término los de McLaren, el de los neumáticos Avon y al fondo el del equipo March.
Él ya había sufrido dos veces un serio revés al organizar pruebas sin los “legalistas”, en España ’80 y Sudáfrica ’81 y había podido constatar el fiasco de un Gran Premio con muchos coches, pero todos equipados con el mismo motor, una especie de “Copa Cosworth”, que no atrajo el menor interés. Un campeonato con todos lo participantes equipando el mismo motor parecía ridículo y si además faltaban marcas conocidas mundialmente como Ferrari o Renault, el fiasco era aún mayor. Estaba por ver que pasaba al hacerlo al revés, una carrera sin “ingleses”.
Mientras todo esto ocurría, Paolo Moruzzi, el organizador del Gran Premio de San Marino, estaba al borde del infarto y del ataque de nervios, ya que con lo difícil que era organizar un Gran Premio, le boicoteaban la carrera y además lo anunciaban a tres días de empezar. Se pasó martes y miércoles llamando a la CSAI (federación italiana), a Ferrari y a todo aquel que se le ocurría para intentar salvar la situación, pero no estaba en sus manos resolver el asunto.
Cuando comprendió que sólo tendría ocho o diez coches, empezó una personal campaña pidiendo ayuda a la Italia automovilística para demostrar que se podían hacer carreras sin Ecclestone, que la afición estaba hasta el gorro de sus luchas internas y que si no había ingleses, al menos había ferraristas, alfistas y hasta osellistas (por Osella, una pequeña marca italiana). La Italia y la Europa automovilista había vivido muchos años sin Ecclestone, Tyrrell, Brabham o Williams y era hora de demostrar que podían volver a hacerlo sin ellos.
El plan triunfó porque la demanda de entradas siguió a buen ritmo, nadie pidió su devolución y la confirmada presencia de Ferrari hacía suponer que habría un lleno espectacular. Lo cual desasosegó igualmente a Paolo, porque si tenía el circuito lleno pero no había espectáculo, el resultado podía ser igualmente catastrófico. Así que urdió un plan.
Por si os interesa, una crónica sobre la carrera «pirata» en el Jarama 1980, aquí
No acabo de ver que tiene que ver con el affaire Gilles-Pironi pero gracias por el relato maese.
Muy interesante lo de los camiones en el Mont Blanc.
¿a que equipos equipaba AVON?¿era el neumatico de Ferrari?¿no estaba tambien goodyear?
Es para situarlo todo en su contexto. Avon equipaba a los equipos pequeños como ATS, March, Theodore y Ensing. El año anterior habían equipado a Tyrrell, pero a finales de temporada se retiraron.
¡¡¡Ensing!!!, ya casi ni me acordaba de ese equipo.
Theodore ni me sonaba, aquí tengo una falla de conocimiento de aficionadillo de 2ª, buscaré en San Google como dice Machaquito… y en Santa Wikipedia tambien.
Sobre Pironi, me gustaria destacar que de esas 3 carreras , batió por dos veces a Villeneuve en la mejor vuelta en la carrera.
Asimismo, fué el líder en la revuelta de los pilotos en la carrera de Kyalami que comentas y el que llevo el peso de las negociaciones en defensa de los pilotos, bien secundado siempre por Gilles Villeneuve y Lauda.
Recuerdo aun (y aun debo de conservar la cinta de cassette con la que grabe el audio) las conexiones ya en diferido que retransmitió TVE sobre el GP de San Marino de 1982, comentando la «la jugada» el periodista Pepe Diez, que aprovechando ocasión, me gustaria preguntarte si tienes alguna noticia de el tantos años despues.
Un saludo
De líder de la revuelta nada. Era el Presidente y le tocó jugar su papel. El líder era Lauda (que fue quien descubrió la clausula polémica) pero esto no es tema de este relato.
Tengo por costumbre no opinar ni a favor ni en contra de mis compañeros de profesión, pero de Pepe hace tiempo que no se nada.
Dejemos entonces a Lauda como líder, yo me referia al que trató y negoció el problema que habia con la Fisa y Foca en el caso de la superlicencia.
Tienes razón que no es tema de este relato, aunque al mencionarlo tu en esta entrada y siendo uno de los dos protagonistas que nos ocupan el que defendió a los pilotos, me pareció oportuno escribirlo y de paso mencionar un poco mas a Pironi en este tema que quizas se este quedando un poco eclipsado en las entradas hechas hasta ahora.
Un saludo
Ecclestone no ha cambiado, siempre está en todos los marrones. Como se suele decir, evolucionamos para involucionar, y bueno, aunque ya conocía lo del Jarama 80′ (no sabía que en San Marino también pasase en el 82′), no deja de sorprenderme que 30 años después se volviesen a pelear, en este caso, FIA y FOTA… eso da para un buen conjunto de artículos.
Por otro lado, hoy gran noticia la de Dani Clos como 3er piloto de HRT (bueno, cantada), haber si corre alguna carrerilla.
Un saludo!
Si pero las cosas han cambiado bastante de aquellas luchas a las actuales. Ahora son «mirame-y-no-me-toques» comparado con aquello.
Leyendo estas cosas uno se da cuenta de por qué Bernie tiene la cuota actual de importancia para montar en tinglado… Menudo trilero.
Si ya me gusta la historia en sí, combinar historia y F1 me esta encantando. Gracias Sr. Castellá,
Saludos a todos.
Las gracias a ti César, a mi también me gusta la historia y por tanto es lógico que me salgan estas historias.
Muy bueno lo del trilero…
Je je, yo enfrascado en aprender sobre aspectos técnicos y me estaba perdiendo «historia del automovilismo», que ayudando tanto o más a enteder muchas cosas.
Excelente entrada Carlos, necesaria para situar la historia Didier-Gilles en contexto, como bien dices. Por cierto, he encontrado en lo más recóndito de mis libreros, revistas de la época (1980-1982) principalmente de una llamada Grand Prix Internacional (creo española), donde se menciona mucho sobre esas fricciones FISA-FOCA y lo mejor, una entrevista con Gilles Villeneuve hacia final de 1981. Me comprometo a hacerte llegar la información.
Gracias por tu interés Jorge, pero ya tengo esas revistas. Y así entre tu y yo, no eran muy buenas, estaban hechas muy deprisa, en una época en que eso era mucho más difícil que ahora, y sus textos pecaban de poca calidad. Las fotos si que estaban bien, por eso abusaban de las dobles páginas, para darle consistencia. De todas formas muchas gracias igualmente, te agradezco el interés.
ja, que farabute. Arriba dice que no opina de los colegas, acá dice que la revista era malísima.
Opinar de una revista francesa de hace treinta años no es lo mismo que opinar de mis colegas. Y he puesto que «no eran muy buenas», y argumento el porqué ¿donde has leído «malísima»? Hay bastante diferencia.
Si, claro, esas revistas las hacían monos cocineros no periodistas.
!!Como siempre «chapeau» Maese…………………….un verdadero placer leer tus cronicas, la verdad que se le hacen a uno hasta cortas!!
Un saludo
Gracias Road, y eso que estas son más largas de lo habitual…
No serán tan largas cuando nos hemos quedado con la miel en los labios.
Hala, a esperar al miércoles
🙂
Jo que ansiosos…
Bernie Ecclestone, siempre metido en líos que si no puede ganar, empata. Pero siempre se lleva su tajada…
Si, negociaba en contra de los turbo… ¡hasta que tuvo el suyo!
Leo esto y veo a Ecclestone quemando el ayuntamiento de Atenas o algo así y gritando «a las barricadas».
Como pasa el tiempo…
jajajaja
buen apunte Teucro. Bernie es un personaje realmente fascinante..
Que interesante Carlos..
Me da ganas que hagas un libro de 300 paginas por cada una de estas historias. No tienen desperdicio.
En 1982 tenia la esperanza que Lole pudiera sacarse el clavo y llevarse ese mundial que perdio en el 81. Mira como lo gano Rosberg, no fue realmente espectacular su forma de ganarlo. Creo que fue el campeonato mas raro de los ultimos 30 anios..
Cuando vaya a Peru la proxima ves revisare las revistas de la la epoca. Yo leia «El Grafico» una revista argentina que informaba brillantemente la F1 de esa epoca y tenia fotos muy buenas tambien.
En cuanto a Ecleston y su presencia en la F1, el tio jamas dejo de tirar la pita no?
No daba puntada sin hilo. Una sujerencia para el proximo invierno podrias contar la historia de Ecleston, «Como empezo y como se aduenio de la F1» que tema seria!
Efectivamente fue el campeonato más raro y a mi modo de ver más desvalorado junto con el de 2008. Rosberg ganó porque alguien tenía que ganarlo, aunque eso si, fue un año apasionante, de los mejores de la historia de la Fórmula 1. Curiosa esta contradicción.
Mas desvalorado que 1982 y 2008 es el año que ganó el hijo de Hill en 1996 y no sé si incluso tambien el del hijo de Gilles en 1997.
La impresion que a mí me quedó de 1982 fue la de un gran año, quizá es porque en plena epoca de «la movida» los Siniestro Total (que son de Vigo como yo) le dedicaron una canción a Keke Rosberg.
http://www.youtube.com/watch?v=qf1GLkx1SG0
Dificil cuestión. Los años que tu citas fueron aburridos por el dominio de los Williams-Renault, pero eso no les quita mérito ya que ganaron porque eran los mejores y eso no es culpa suya. Sin embargo hay otros años (1982, 1999, 2008) en que parece que nadie quiere ganar, o gana quien menos errores comete. En estas ocasiones es una pena que el título, como los premios literarios, no pueda quedar desierto.
No pierdas de vista la categoría de pilotos que había en el 82!!
Aleluya !!! Discrepo contigo… no estoy de acuerdo con tu última frase «En estas ocasiones es una pena que el título, como los premios literarios, no pueda quedar desierto.» Aunque un monoplaza domine, las impresiones que puede dejar el piloto campeón es muy diversa. El año pasado Red Bull & Vettel, en el 92 Williams y Mansell y en el 93 con Prost, arrasaron y (en mi opinión) la impresión que dejaron no tiene nada que ver con el título de Hill en el 96.
La entrada en sí, una delicia aunque espero ansioso la 2º parte 😉 Todo un regalo esa foto de los camiones al pie del Montblanc.
¡¡ Quiero más !! 😛
No se en que discrepas, yo también estoy de acuerdo en lo que dices que las sensaciones que dejan según que pilotos son muy distintas. Por eso algunos títulos podrían quedar desiertos. Hill nunca dio grandes sensaciones, pero cumplió con su cometido ganando el título con aquel coche, que es lo menos que podía hacer.
jeje, al principio me he quedado en «fuera de juego» porque tras leer tu contestación, a mi tampoco me quedaba claro cual era la discrepancia, JUASSSS.
Quizás en el hecho de que tú pones como ejemplo los títulos del ’82, ’99 y ’08 como años donde el título de pilotos debería quedar desierto. Yo no. Veo más motivos para que quede desierto un titulo como el del ‘ ’96, año en el que sólo debería haber existido el título de constructores. Ser el «menos malo» de un grupo más o menos igualdado tiene más mérito que el de ser prácticamente el pasajero de un monoplaza que va solo. Lo sé, es una exageración, pero las circunstancias del título del ’96 creo que son muy especiales.
Ahora sí discrepamos. Hill no cometió errores, hizo lo que tenía que hacer, cumplir la máxima de Frank Williams: «para ser campeones, mis pilotos sólo tienen que seguir las instrucciones que aparecen en el display del volante». Pero no es culpa suya que su único rival fuera Villeneuve.
Ya lo decía Senna
«Todos los años hay un campeón, pero…