Aún hay sitio para la esperanza
El resultado y sobre todo el extraordinario desarrollo del GP de Malasia me hizo volver a sentir emociones que no esperaba, ya que tras la salida del Safety Car estuve pensando que la carrera iba a provocarme una nueva decepción. Pero todo lo que vimos en la segunda parte me permitió cambiar de opinión, una opinión que llevaba tiempo enquistada en la convicción de que la actual Fórmula 1 está demasiado supeditada a la ingeniería y al dinero de los equipos. Esta vez pude, por fin, pensar diferente.