El actor que llegó segundo

Otra vez este año la presencia de un actor de cine ha suscitado interés y ha provocado un seguimiento especial en las 24 Horas de Le Mans. Patrick Dempsey subió al pódium como segundo de su categoría, algo que está bien, pero no mejora el mejor resultado de un actor en esta carrera.

Como es bien sabido, fue Paul Newman quien en 1979 quedó segundo absoluto. Hablamos de ello hace años en otra entrada, pero hoy toca volver a hablar de aquella carrera.

En mi artículo anterior comentaba que ahora Le Mans está en un momento extraordinario, pero que también ha pasado sus épocas de crisis. Por ejemplo 1979 y 80 fueron dos años difíciles ya que la retirada de Renault y de Porsche dejó pocos coches competitivos.

En 1979 Porsche no pensaba acudir a la prueba, pero la petrolera Essex (de la que hablamos en la historia de Lotus) se ofreció a patrocinarles y aunque la marca alemana aceptó, la experiencia fue un desastre, pues los coches estaban mal preparados y abandonaron pronto.

La carrera fue un duelo entre el Porsche preparado por los hermanos Kremer, pilotado por los también hermanos Don y Bill Whittington, que habían alquilado el coche y además al piloto de la casa, Klaus Ludwig, contra el Porsche del Gelo Racing, de Georg Loos, cuyos pilotos eran Manfred Schurti y Hans Heyer.

Aquellos Grupo 5 eran coches extraordinarios, capaces de batir a los Grupo 6 a poco que estos se descuidaran y eso pasó aquel año. El duelo entre los dos Porsche, habituales rivales en el campeonato alemán, prosiguió en Le Mans y a las pocas horas quedó claro que el duelo era por la victoria absoluta. El coche de Kremer parecía más rápido así que Georg Loos apretó un poco más el turbo por la noche, con la consecuencia de que éste se rompió de madrugada y tuvieron que retirarse.

Todo parecía hecho para el coche de Kremer y aquel y otros muchos abandonos hicieron la felicidad de otro Porsche, inscrito directamente desde Estados Unidos por Dick Barbour Racing, el equipo del propio Dick Barbour. Un equipo que causó sensación a su llegada a Le Mans, pero no porque el simpático y orondo Dick corriera con el especialista Rolf Stomelen, sino que ni más ni menos también lo hacía con el actor Paul Newman. Y para redondear la fiesta traían el patrocinio de una casa de productos solares desconocida, llamada Hawaiian Tropic, cuyas modelos en bikini causaron furor.

Pues bien, el abandono del coche de Loos convirtió la carrera en un duelo entre las dos estrellas alemanas, Klaus Ludwig y Rolf Stomelen, que dieron lo mejor de sí mismos pero que se veían entorpecidos por su compañeros de equipo. Stomelen rodaba siempre por debajo de 3’55”, mientras Newman y Barbour nunca bajaron de 4’14” aunque lo normal era perder entre 20 y 22 segundos por vuelta. Newman corrió poco, apenas unas cuatro horas, mientras en el otro equipo los hermanos Whittington solo perdían unos 8 – 10 segundos por vuelta con respecto a Ludwig.

A las 10 de la mañana el Kremer, con Bill al volante, se detuvo en el circuito con el turbo bloqueado. Afortunadamente el piloto tenía idea de mecánica, entendió lo que ocurría y sabía que tenía que desbloquearlo, pero estaba incandescente, así que tenía que esperar a que se enfriara. Mientras lo hacía, veía con impaciencia como iba pasando el coche de Barbour, que estaba recortando una ventaja de nueve vueltas. De pronto se le ocurrió que para acelerar el enfriamiento podía orinarse en el turbo y así pudo manosearlo y regresar a boxes, donde repararon y siguieron en carrera. La ventaja de 9 vueltas pasó a 4, pero para desesperación de Stomelen, no tuvieron ninguna otra avería.

El pobre Rolf nunca ganó Le Mans y su mejor oportunidad no pudo aprovecharla porque había compartido equipo con un simpático regordete y con un actor daltónico ya entrado en años, pero la historia dice y dirá para siempre que el gran Paul Newman llegó segundo absoluto en las 24 Horas de Le Mans. En aquella carrera también participó Nick Mason, el famoso batería de Pink Floyd que para hacerlo tuvo que ausentarse de la grabación de “The Wall” el emblemático último disco de la banda. Y a raíz del éxito de su modelos, los responsables de Hawaiian organizaron a partir de entonces un “casting” en las playas de California para elegir cada año a las chicas que viajarían a Le Mans.

El Porsche Kremer está aquí

La historia de Essex, aquí

Fotos: Las tres fotos son de Agencia, tal como llegaban aquellos años a las redacciones de los periódicos.