RUSH

Ahora que ya ha pasado un tiempo prudencial y quien no haya visto la película es porque no tiene demasiado interés en ella, es hora de comentar la cinta que narra la rivalidad entre Lauda y Hunt en 1976.

Tengo claro y lo tenía al entrar en el cine que una película no es un documental y que por tanto se tiene que tomar sus licencias. Me habían hablado muy bien de Ron Howard como director (Apolo XIII es un icono en mi casa) y la verdad es que no me defraudó.

O mejor dicho, la película me pareció excelente porque no deja de ser eso, una película, pero es muy respetuosa con la historia y muchas de sus imágenes son verdaderamente buenas. Howard ha huido de los tópicos habituales de las películas en las que salen coches de carreras y la historia está bien narrada, tiene buen ritmo y va mejorando conforme avanza. A partir de aquí, si alguien no la ha visto y desea hacerlo, que no siga leyendo.

Quizás la mayor licencia que se toma Howard es la de la relación entre los dos personajes. Hunt y Lauda nunca fueron enemigos, siempre fueron rivales en la pista, pero fuera de ella no estaban tan distantes como figura en la película. Es más, Lauda había acompañado más de una vez a Hunt en sus correrías, aunque él era más comedido que el inglés.

Pero la idea del enfrentamiento entre dos tipos distintos de pilotos muy comunes en aquella época es acertada, el que vivía cada día como si fuera el último, absolutamente despreocupado del mañana, contra el cerebral y calculador. A Lauda ya se le conocía entonces con el apodo de “computer Lauda” en una época en que los PC no existían y las computadoras eran algo lejano e inaccesible para el público.

Bajo este punto de vista la historia es buena, está bien tratada y no entiendo que ahora algunos familiares de Hunt no estén de acuerdo con el retrato del personaje, porque James era así y sólo los años y la madurez le cambiaron. Por ello sólo ganó un Mundial, porque una vez lo consiguió, seguir corriendo dejó de ser lo más importante para él. Sí que es falso lo de los vómitos, esto sólo le ocurrió en un G.P. en 1977. Tenía tal resaca que llegó a vomitar dentro del casco en plena carrera… ¡que ganó! Fue en el Gran Premio de Francia, en el Paul Ricard.

Lo peor de la película respecto a la realidad está al principio, por eso digo que va ganando conforme avanza. A partir de aquí, algunos apuntes personales sobre lo que de verdad ocurrió, o como me dijo Odón Martí el otro día, “lo que Ron Howard se olvidó de preguntarte”(modestia aparte):

Lauda pidió un crédito, efectivamente, pero no para correr en BRM sino en March. Cuando se le acabó el dinero fue a ver a John Hogan de Marlboro y le convenció para que le dejara correr con BRM. Hogan le ofreció hacerlo en las tres primeras carreras de la temporada, pero Lauda lo hizo bien, no desmereció frente a dos veteranos como Clay Regazzoni y Jean Pierre Beltoise así que acabó completando el año. En Silverstone llegó a encabezar la carrera y en el Nurburgring les metió 9” a sus ilustres compañeros de equipo en entrenamientos. Es obvio que las imágenes de Lauda diciéndoles a los mecánicos lo que han de hacer y modificar en el coche sin haberlo probado antes son absurdas y aún más que cuando han terminado el que se suba al coche sea Regazzoni y no él.

Pero sí es cierto que cuando Clay fue fichado nuevamente por Ferrari, insistió al Commendatore para que fichara también a Lauda. El personaje de Clay no está muy logrado, era un tipo muy campechano y divertido y es cierto también que Lauda nunca le agradeció que intercediera por él en Ferrari. Lo que si es cierto es que la primera vez que probó el Ferrari dijo textualmente que “este coche es una mierda” ante el estupor de los presentes ya que nadie se atrevía a decir una cosa así delante del propio Enzo Ferrari.

Me sobra la imagen del piloto decapitado. Sitúan el accidente en 1973 y a Cevert como víctima, lo cual es cierto, pero quien murió en el Glen decapitado fue Helmut Konning, en 1974. Esa escena tan morbosa se la podían haber ahorrado.

Pero a partir de ahí el resto está muy bien, refleja con bastante fidelidad todo lo que pasó, hay algunas cosas muy acertadas, como Lord Hesketh y el lujo con el que asistía a las carreras y como llevó a Hunt hasta la F.1. Fue exactamente así, su primer monoplaza era un March comprado, después crearon su propio coche que fue lo que le llevó casi a la ruina a pesar de que incluso llegaron a ganar un Gran Premio. También está muy bien caracterizado el team manager, Anthony “bubbles” Horsley, quien había sido piloto de F. Ford, pero tras una crisis espiritual se fue a la India, a Butham, a meditar. Parece que la meditación trascendental no sirvió de mucho ya que pronto volvió por sus fueros: lo de “bubbles” (burbujas) era por su afición al champán.

Lo que ocurrió en el GP de España es cierto, aunque lo que después perdió varias carreras porque tuvieron que modificar el coche es falso, pero entendible. Lo que ocurrió entre el piloto, el equipo y el coche ya lo expliqué en “James Hunt y el M23”. En los dos siguientes carreras sufrió averías de cambio y de motor, eso no tenía nada que ver con la regulación de los alerones fuera de medida del Jarama.

La escena del accidente está muy bien hecha y no se recrean demasiado con ella. Lauda no perdió el casco y es cierto que el gran mérito del rescate no fue de Arturo Merzario sino de Brett Lunger. El piloto americano había sido “marine”, había luchado en Vietnam y sabía muy bien como enfrentarse al fuego (y al napalm) y por eso pudo desabrochar el cinturón y sacar a Lauda con la ayuda de Merzario y Harald Ertl.

También están muy bien las escenas de los cambios de rueda, porque entonces eran así, se perdía casi un minuto en la operación. Por ello en el Nurburgring Jochen Mass iba camino de una victoria incontestable al haber tomado la salida con gomas de seco, pero el accidente de Lauda echó por tierra lo que habría sido una gran victoria para el piloto alemán de McLaren. En la película el que pilota el coche de Mass es el propio Jochen.

Jochen Mass y James Hunt, compañeros en el equipo McLaren.

El tema de las mujeres, siempre imprescindible en una película, también está muy bien tratado. La relación de Susy con James fue así de tormentosa, breve y acabó tal como cuenta la película, cuando ella se fue con el actor Richard Burton. En cuanto a Marlene, ahí si que las cosas fueron un poco diferentes. Ella era una chica de la alta burguesía vienesa con lejana ascendencia española pues su abuela era del País Vasco. Lauda abandonó a Mariella, su novia “de toda la vida”, cuando el éxito empezó a sonreírle para casarse con Marlene. La conoció en una fiesta, pero no creo que fuera en Italia porque fue en casa del actor alemán Curd Jürgens. Marlene nunca iba a las carreras, sólo fue a una, el día que Niki consiguió su tercer y último título en Estoril ’84. Tal como sale en la película, durante muchos años vivieron en Ibiza.

Cuando Lauda regresó en Monza tras el accidente, ocurrió una cosa curiosa. Durante su ausencia se empezó a utilizar el sistema de salida con semáforo, pero nadie cayó en la cuenta de advertirle de ello, por eso salió mal y después tuvo que remontar. Odón me confirmó que las escenas en pista no son en Monza y se nota, aunque yo no me fijé en eso.

Y por último, una licencia bastante grande que se toma Howard es la reunión de pilotos en el Nurburgring. Hasta donde yo se, allí nunca hubo “briefing” para boicotear la carrera, porque no llovía mucho, por eso Mass pudo salir con ruedas de seco. Además  en aquellos tiempos el concepto de “briefing” no tenía nada que ver con el actual, los pilotos se reunían sólo antes de la salida, hacían corrillo de pie alrededor del Director de Carrera para que les contara como iba a ser el procedimiento de salida y poca cosa más.

Donde sí hubo varias reuniones y muchas discusiones para no correr fue en Fuji, donde Lauda hizo todo lo posible para que se suspendiera la carrera y casi todos los pilotos punteros estaban a favor, incluido James Hunt. Sólo Clay Regazzoni, su propio compañero en Ferrari y Ronnie Peterson querían correr. El sueco porque estaba furioso contra Lauda, ya que le había vetado cuando supo que iba a ocupar su puesto mientras estuviera convaleciente. Tras una llamada de Lauda a Gianni Agnelli, el gran jefe de Fiat, ficharon a Carlos Reutemann en lugar del sueco. Por supuesto los pilotos de la zona media querían correr, sobre todo si los grandes se retiraban. Hubiera sido su gran oportunidad.

Tras muchas discusiones, incluidas algunas a solas entre Lauda y otros pilotos dentro del Rolls que la organización había puesto a su disposición, Ecclestone les propuso que salieran, dieran unas vueltas y ante el peligroso estado de la pista se detuvieran. Para él ya era suficiente para contentar a las televisiones, cobrar el dinero y todos a casa. Casi todos aceptaron este plan, pero a la hora de la verdad sólo Lauda lo llevó a cabo parándose en la segunda vuelta, mientras poco después lo hicieron Emerson Fittipaldi y Carlos Pace. Los demás siguieron hasta el final.

Cuando Lauda se bajó del coche esperó unas vueltas y cuando vio que no se cumplía el pacto, se subió al Rolls y le pidió al chofer que le llevara al aeropuerto. Fue allí donde se enteró de que había perdido el título, entre otras razones porque Danielle Audetto no llamó a boxes a Clay a tiempo para cambiar neumáticos ni éste se esforzó demasiado en hacerlo aún viendo que el circuito se secaba. El suizo tenía cuentas pendientes con Lauda (por desagradecido y porque estaba tramando echarlo de Ferrari) y con el propio Enzo, por las razones que ya conté en “El honor antes que el Título”. No tenía ningún interés en “regalarles” a ninguno de los dos un Campeonato que no le iban a agradecer.

También se dijo que hubo una cierta permisividad entre los equipos ingleses para que Hunt remontara y siempre se ha sospechado de Alan Jones y John Surtees de dejarle vía libre. En el caso de Surtees (patrón de Jones), para tomarse una buena venganza de su despido fulminante de Ferrari unos años antes, cuando fue acusado de espionaje. Al acabar la carrera Hunt estaba furioso porque creía que era cuarto y cuando la iba a tomar con los mecánicos por su lentitud en el cambio de ruedas fue cuando Teddy Meyer le sacó de su error al felicitarle porque era el nuevo Campeón del Mundo. No hubo ninguna duda en el cronometraje, simplemente entonces todo era manual y más lento.

En definitiva, una muy buena película como tal y una buena película sobre automovilismo, que ya era hora. La fui a ver con otras cuatro personas, dos apasionados del automovilismo y tres sin un especial interés en él y a todos nos gustó, lo cual significa que sí, que definitivamente RUSH es muy buena, lo suficiente como para entrar en el reducidísimo grupo de buenas películas sobre automovilismo.

Foto de Apertura: La salida del GP de Japón, con Andretti, Hunt y Lauda. En las demás fotografías he dejado el texto de agencia original porque creo que como documento es muy significativo.

La historia de James Hunt y el Mclaren M23 está aquí

Y la de El Honor antes que el Título es una saga, que está aquí