La retirada de Porsche del Mundial de Marcas al finalizar 1971 renunciando a enfrentarse a los Ferrari 312 con sus Porsche 908, hizo que Martini se retirara también, a la espera de las decisiones deportivas de la marca alemana, de la que no quería separarse. Al mismo tiempo una cierta presión de la prensa italiana y un deseo de explorar otros campos de gran repercusión como era la Fórmula 1, impulsaron a Martini a patrocinar al equipo Tecno.
Todos sabemos que la guerra siempre es una cosa trágica y la mayor lacra de la historia de la Humanidad. Y la II guerra Mundial fue quizás a día de hoy lo peor de cuanto es capaz de hacer el ser humano contra si mismo. Claro que en una guerra siempre hay vencedores y vencidos y los primeros no siempre son los que se juegan la vida en el campo de batalla. También hay muchos que detrás de las trincheras (o más bien bastante lejos de ellas) hacen y ganan su propia guerra.
“La decepción del argentino fue tan grande que abandonó Lotus para irse a Williams. Y lo mismo hizo Martini, abandonar el Team Lotus. La marca italiana de bebidas se fue de la Fórmula 1 para no volver más.” Así terminé mi artículo sobre los Lotus de 1980 que habían sido patrocinados por Martini y ahora hemos tenido la gran noticia del su retorno, especialmente porque lo hace como Patrocinador Principal, algo de lo que la Fórmula 1 está muy necesitada.
Uno de los temas controvertidos que giran alrededor de la Fórmula 1 es el del nombre de los equipos. Ya he expresado muchas veces mi desacuerdo con que los Lotus se llamen Lotus y que se consideren una continuación del verdadero Team Lotus. Yo creo que incluso por los buenos resultados que están consiguiendo merecerían tener su propia estadística y reconocimiento. Es decir, ser una Lotus diferente. No pasa nada porque dos equipos se llamen igual. No es la primera vez que pasa, antiguamente existieron dos equipos llamados ATS y nadie mezcla sus trayectorias.
Una de las curiosidades del automovilismo es la profusión de hijos de pilotos que se convierten a su vez en pilotos. No digo que esto sea nada malo, pero es probablemente el único deporte donde eso ocurre, evidencia de que la importancia de la mecánica influye sobremanera. No conozco a ningún campeón de los 100 metros lisos hijo de un campeón de los 100 metro lisos, ni a ningún ganador de Wimbledon hijo de un ganador de Wimbledon.
Como ya comenté en la entrada sobre Rush, Carlos Alberto Reutemann, conocido también como “el Lole” llegó a Ferrari de una forma un tanto sorprendente en 1976. A raíz del accidente de Lauda, aquella misma tarde Danielle Audetto llamó a Enzo Ferrari para contarle lo que había pasado. Una vez explicada la situación, el Team Manager le dijo a su jefe que se iba al hospital.
