Cuando el miércoles por la mañana me dirigía al Audi Center de las Rozas para asistir a la rueda de prensa de Tom Kristensen, sonó mi teléfono y Miguel Martínez Cueto me preguntó si podía ir a Mónaco el fin de semana. Naturalmente le dije que sí y ya en el Ave de vuelta desde Madrid empecé a preparar lo que tenía que ser mi encargo especial para Movistar F1, la Copa Porsche.
Ya se que algunos de vosotros estáis esperando un relato por capítulos como he hecho en los dos últimos años. Lamentablemente debo comunicaros que esta temporada no será así. A pesar de mis buenas intenciones, no he conseguido datos para elaborar una historia lo suficientemente interesante o novedosa para que justifique su publicación.
Ya para acabar esta serie sobre los números, nos queda referirnos a los supersticiosos, a aquellos números o combinación de ellos que se consideran portadores de mala suerte. Ni que decir tiene que el número cenizo por antonomasia es el 13, que algunos llaman “12 + 1” como el gran Ángel Nieto al referirse al número de Mundiales que posee.
Como ya expliqué en la entrada anterior, los números antes eran muy importantes para distinguir a los coches y a sus pilotos y esto se remonta a los primeros tiempos de las carreras. Antes de que se establecieran normas al respecto, los números los otorgaban los organizadores según su leal saber y entender, que muchas veces era el orden de inscripción, salvo el número 1, que siempre quedaba reservado para el ganador del año anterior, el piloto local o la figura más relevante.
La idea de que cada piloto tenga ahora un número fijo en la Fórmula 1 es algo que no me parece ni bien ni mal sino todo lo contrario. No se muy bien a que viene esto ahora, cuando los números casi no se utilizan y además no se ven. Desde la aparición del cronometraje electrónico y de los “transponders” los números han perdido su importancia y en los monoplazas modernos prácticamente no se distinguen entre la decoración.
Como bien sabéis, este no es un blog de noticias sino de comentarios, historias y narraciones. Pero hoy lunes día 30 necesito imperiosamente escribir algo sobre Michael Schumacher y su desgraciado accidente de esquí como supongo os debe estar pasando a muchos de vosotros. Ya se que lo que ponga o pongamos aquí no le salvará la vida ni tan siquiera mejorará su estado de salud. Eso es cosa de los médicos, de la naturaleza y del destino.
