Números (y III)

Ya para acabar esta serie sobre los números, nos queda referirnos a los supersticiosos, a aquellos números o combinación de ellos que se consideran portadores de mala suerte.

Ni que decir tiene que el número cenizo por antonomasia es el 13, que algunos llaman “12 + 1” como el gran Ángel Nieto al referirse al número de Mundiales que posee.

Que Pastor Maldonado haya elegido el 13 significa que va a romper una larga tradición de exclusión de este número, casi siempre vetado en todas las competiciones. Supongo que él debe ser de los pocos que creen que es al revés, que es un número de la suerte, como lo creía también el periodista Javier del Arco (ya hace un año de su muerte) que firmaba sus columnas de opinión “desde el box nº 13”, acertada idea porque ese box, si existe, está siempre vacío.

No está claro de donde viene esta tradición de la maldición del 13, pero desde luego es de muy antiguo, ya que en el Códice de Hammurabi (1686 a.C.)  ya falta el nº 13 en el enumerado de leyes. De todas formas al principio de las carreras se utilizaba y dejó de hacerse con regularidad desde que en 1925 en San Sebastián falleció Paul Torchy  y en 1926 en la Targa Florio lo hizo Giulio Masetti, vencedor en 1921 y 1922. Ambos murieron pilotando un Delage con el número 13.

Para evitar este “mal fario” algunos organizadores otorgaban sólo los números pares y así cuando yo era joven tuve colgado en la pared de mi cuarto un poster de Emerson Fitipaldi del Gran Premio de Argentina de 1973 en la que lucía el número 2 en lugar del 1 que le correspondía como campeón, porque los argentinos no otorgaron números impares.

Que yo sepa, solo dos veces ha corrido un nº 13: El Mexicano Solana en su Gran Premio nacional en 1963 (BRM P57) y Divina Galica (foto de apertura), una piloto británica que también creía en la buena suerte de ese número porque corrió varias veces con él en otras categorías. En Fórmula 1 lo hizo en Brands Hatch  en 1976 (Surtees TS16, foto inferior). Solana acabó 11º y Galica no se clasificó, así que Pastor Maldonado tiene fácil mejorar esos registros… ¡siempre y cuando tenga tiempo para demostrar que lo de la mala suerte es falso!

Y no será el único. Acabo de encontrar el coche de Casey Mears para la NASCAR 2014 y también lleva un vistoso número 13, aunque desde luego no ha sido el primero en llevar ese número en este certamen, como se puede ver en la foto de Smokey Yunick. Veremos quien de los dos le saca más partido al número y acaba con la leyenda negra del 13.

A veces hay razones para creer en eso de la mala suerte, como por ejemplo en la muerte de Dick Seaman, ya que el accidente acaecido en Spa en 1939, tuvo mucho que ver con el 13: En Spa era el 13er inscrito, tuvo el accidente en el Km.13, murió en el 39 a los 26 años y en la habitación 39 del hospital, tres números múltiplos de 13.

Pero no siempre es el 13. En el caso de François Cevert su número maldito fue el 6: Murió el 6 de Octubre, con un Tyrrell 006 chasis nº6 con el motor Cosworth 066. Una gitana le había predicho que no pasaría de los 30. Se mató a los 29.

Y para Lorenzo Bandini, el trágico fue el 7: tuvo el accidente el 7 de Mayo de 1967 a las 17h.7’ cuando poseía 17” de ventaja sobre el segundo. Tardaron 17 minutos en llevarlo al hospital, a la habitación nº7. Está enterrado en el campo 7, nincho 7, certificado de muerte 7747.

En Japón en cambio, el número de la mala suerte es el 4, básicamente porque la palabra “muerte” y “cuatro” se pronuncian casi igual, “shi”. En el 2005 Sato hizo su peor temporada en el equipo BAR: llevaba el 4 porque Button no quiso cederle el 3 (que buen chico el inglés).

También en ocasiones estas supersticiones eran puntuales: Mike Hawthorn fue a cambiar su número en Casablanca en 1958 porque le otorgaron el 2 que era con el que había muerto su amigo Peter Collins. Y lo mismo hizo Chris Amon en Mónaco en 1970, cuando le dieron el 7, con el que se había matado Bandini.

Y ya por último una anécdota personal. Cuando fuimos con el DTM al circuito de Adria, en Italia, el domingo por la mañana al pagar el hotel (más bien la fonda) le dije al encargado que mi habitación era la 12bis. Entonces cogió la factura de la casilla nº 13 y cuando le dije “perdón, la 12bis” se puso a reír y me dijo: “No, la 12bis es la 13, pero la llamamos así porque desde que construyeron el autódromo cada vez que había carreras nadie quería dormir en ella y muchas veces se nos quedaba vacía.”

Y ahora que ya lo escrito, ¡a ver con que fotos lo ilustro!

NOTA: Pues al final todas las fotos son «robadas» de Internet. En ninguno de mis libros ni archivos y fotos guardadas he encontrado un coche con el número 13.  Y aunque supongo que ya la habéis visto porque estos días se ha hablado mucho de ello, la más significativa de todas es sin duda esta, del accidente mortal de Paul Torchy: