El eje ítalo-germano

He leído por algún sitio que Helmut Marko acusa a Mercedes de haber ayudado a Ferrari, diciendo algo así como “se que es muy difícil de probar pero lo creo” en una de sus tantas salidas de tono.

Evidentemente ante el mal papel de Red Bull, el “pitbull” del equipo tiene que salir a ladrar de vez en cuando, pero quizás no esté del todo equivocado. Aunque no en el sentido técnico – deportivo, es posible que en el político sí haya una entente ítalo germana.

A mi se me hace impensable que Mercedes como equipo pueda ayudar a Ferrari. Primero porque Ferrari no se dejaría, segundo porque sería absurdo ayudar a un contrario y tercero porque los dos grandes grupos Daimler AG y FIAT son rivales en el mercado del automóvil y bajo estos parámetros me parece inconcebible que una de las dos marcas ayude a la otra precisamente a derrotarla, con la mala imagen que eso genera.

Ahora bien, sí que es cierto que Mercedes Benz hace tiempo que está intentando cambiar el equilibrio de poder de la Fórmula 1, un mundo mayoritariamente dominado por los ingleses tanto a través de sus equipos como de la dirección general y genérica de todo el tinglado. Bernie Ecclestone y Max Mosley pusieron las bases del modelo actual de negocio, un modelo que se está cayendo a trozos sin que de momento nadie pueda variarlo porque la alternativa está “taponada” por un sistema recalcitrante a cualquier cambio.

No hace tanto en Inglaterra la competición generaba unos 40.000 puestos de trabajo, de los cuales 25.000 eran de ingeniería, una industria que cada año facturaba unos 8.000 millones de € a través de unas dos mil empresas dedicadas a la competición. Todo esto lo controlaba la Motorsport Valley, una marca pública, que entre otras cosas subvencionó a Cosworth para crear su motor para los equipos “low cost” y por eso Mosley impuso dicho motor a los nuevos equipos. El epicentro de la Fórmula 1 y de la competición era Inglaterra, pero desde hace años esto está cambiando y las cifras empiezan a no ser tan brillantes.

En una entrevista reciente Adrian Newey se quejaba de que en Inglaterra han desaparecido las fábricas de monoplazas y ello es un inconveniente para los jóvenes ingenieros. Todos los de su generación (Newey, Brawn, Head, Barnard etc.) se formaron en empresas como Lola, March, Reynard, Ralt y tantas otras dedicadas a las fórmulas menores. Pero todas estas marcas han desaparecido, superadas por Dallara, una marca italiana que fabrica toda clase de monoplazas, los de Gp2, 3, Fórmula 3 e incluso los de Fórmula Indy.

Y si miramos la parrilla de Fórmula 1, no hay ningún motor inglés (aunque la base de Mercedes sí esta en GB), los neumáticos también son italianos y los equipos de las Islas flaquean: McLaren y Williams ya no son lo que eran, Red Bull y Toro Rosso (¡en Italia!) están en manos de un magnate austriaco… en estas condiciones es lógico que el poder que todavía detentan Ecclestone y sus socios tenga que cambiar.

El Presidente de Mercedes Benz, Dieter Zetsche, aprovechó el caso Gribkowsky para presionar a Donald Mckenzie, fundador y presidente de CVC para prescindir de Ecclestone por corrupto y por viejo, pero esta empresa tiene su sede en Londres y por tanto está de parte de quien le regaló un negocio tan suculento para ellos. Pero es evidente que tanto desde Alemania como desde Italia están intentando “moverle la silla” a Bernie.

Él lo sabe y por ello lanza acusaciones constantes contra Mercedes, diciendo que alguien les contó cuales iban a ser las nuevas reglas de motores, cargándose el Gran Premio de Alemania y ahora va camino de hacer lo mismo con el de Italia, porque sabe que los dos equipos están maniobrando para acabar con el estado actual de las cosas. A ello no debe ser ajeno Jean Todt, un Presidente que mueve los hilos en la sombra (porque lo que es al sol, desde luego no) y en este contexto encaja que Ecclestone reclamara no hace mucho el retorno de Max Mosley. Y con Todt al mando, Renault estará protegida, así que sí, es posible que Marko tuviera razón al hablar de pactos Mercedes-Ferrari, pero no deportivos sino políticos. Y él haría bien en estar atento a lo que pueda ocurrir en los próximos meses, no vayan a pillarle estando en el lado equivocado si por fin algún día salta Ecclestone y la Fórmula 1 toma otro camino. Claro que si Marko se cae al mismo tiempo que Ecclestone tampoco le echaríamos mucho en falta.