Mi Gran Premio de Alemania

No fui a Rusia la semana pasada para la carrera DTM, algo que ya estaba previsto desde principios de temporada y eso significó por tanto un cierto descanso en mis ajetreados fines de semana.

Pero el descanso dura poco y es hora de partir hacia el siguiente destino, el Gran Premio de Alemania. Francamente, ir a Hockenheim no es lo más apasionante que pueda hacer, esta será mi decimoquinta visita en los último ocho años y en el total de mi vida ya he perdido la cuenta. Pero un Gran Premio siempre es un Gran Premio.

Jueves 17 de julio

Voy con dos horas de adelanto previendo el colapso del aeropuerto, típico de los meses veraniegos. Sin embargo no hay mayores problemas aunque mi avión va repleto de japoneses. La azafata les va saludando en su idioma y al cabo de un rato me giro y le pregunto: “¿seguro que este avión va a Frankfurt?” Primero se sorprende y luego suelta una carcajada, “si, si, vamos a Frankfurt…”

Vaya, otra coincidencia en el avión, esta vez con ¡Sergio Canamasas! Por fin puedo felicitarle por su carrera en Mónaco. Le he buscado varias veces en el paddock de GP2, pero es difícil ya que van siempre delante o detrás de la GP3. Viaje cómodo, en el aeropuerto me espera un taxi que me lleva a Heidelberg. Por la noche veo una calle peatonal, me adentro por ella y resulta que es el inicio de la ciudad vieja, ¡estupendo! Voy al Alt Heidelberg Brauhaus, como debe ser.

Viernes 18 de julio

Nos encontramos todos los miembros de Movistar TV que estamos en este hotel de buena mañana, a las siete. Sin embargo Juanjo Martínez y yo salimos más tarde, hasta las ocho no abren el centro de acreditaciones. Vaya, en el parking frente a los bomberos, para las acreditaciones han puesto una carpa mayor que la de construcción que usan para el DTM. Lanzadera y al circuito.

Hago los Libres 1 junto a Josep Lluís Merlos y Jaime Alguersuari, me toca hablar del viejo circuito y de sus diversos mitos. Al terminar me voy al paddock de GP3 y de Porsche. Hace un calor espantoso y cada paso es un gran esfuerzo, pero no hay más remedio que hacerlo. Al llegar busco desesperadamente la sombra del Hospitality de Porsche… Encuentro a Alex Riberas en su camión, hablo con Miguel Martínez Cueto y decide mandarme un cámara para registrar imágenes de Alex. Tengo que pedir permiso para hacerlo, pero lo resuelvo sin problemas.

Llega Alberto Andrino y tras filmar a Alex me dice que tiene que ir al monolito en memoria de Clark y que por internet ha visto que yo se donde está… le acompaño. Si hasta ahora tenía calor, lo de ahora es inhumano y encima Alberto va cargado con cámara, mochila y una guía, que le llevo yo. Estamos un buen rato en el monolito y luego volvemos al TV Compound por el exterior, sin cruzar el paddock. Llegamos reventados.

Por la tarde toca ver los libres de Porsche y GP3. Primero decido hacerlo en la tribuna, pero los coches están demasiado lejos y vuelvo a la cabina. Las de Hockenheim son de las mejores en el DTM, pero de las peores para F1, hay que ver como cambian los cosas en función del entorno.

Después de los libres es hora ya de volver al hotel. Miguel me llama para preguntarme si voy con ellos o si me quedo a dormir en la cabina. Quedamos por la noche para ir a cenar otra vez al Alt Heidelberg, vamos Miguel, Oriol Puigdemont y Laura Naranjo. Después llega Inma Rodríguez, mis salchichas triunfan más que el pollo que pide Laura. El bistec de Miguel se transforma en un lenguado y se lo come sin saber porqué le han cambiado el plato.

Sábado 19 de Julio

Toca madrugar, la cocina no está abierta pero un café es posible gracias a la intermediación de la recepcionista, a la que he ayudado de manera sutil: han entrado tres jóvenes y uno de ellos iba muy pasado de rosca, lanzándole indirectas agresivas, así que me pongo cerca marcando terreno. Así me gano el café.

Llego y me voy incluso sin desayunar al paddock de la GP3. Me estoy un buen rato viendo y saludando a unos y a otros hasta que llega Carmen Jordá, comentamos y ya me voy a la cabina para narrar la clasificación. Después veo los libres de F1 y me voy al paddock de Porsche. Quedo con Alex para el domingo, Jaime se lo llevará al aeropuerto. Le digo, “te he encontrado un chofer muy rápido para ir al aeropuerto”. Me mira con cara de gran sorpresa cuando le digo quien es.

Toca la rutina habitual: primero la clasificación de GP3, esta vez no ocurre nada destacable, luego los Libres 3 de Fórmula 1 que veo a medias porque estoy en la Porsche y otra vez a la cabina para la clasificación de estos últimos. En la Porsche está Patrick Dempsey, quien centra todas las atenciones y a quien le han preparado un coche precioso.

La clasificación de Fórmula 1 se rompe con el accidente de Hamilton, lo que significa otra vez intentar ayudar para recoger información. Hay problemas en las cabinas ya que al parecer hay cortes de luz y de imagen, pero todo se resuelve cuando me toca ocupar mi puesto para la carrera de GP3, que hago sin problemas, aunque despido muy mal, algo que me ha pasado las tres veces hoy. Esta noche practicaré en el hotel.

Vuelvo a Heidelberg con Miguel, estoy muy cansado. Salgo a cenar al lado del hotel, no veo la hora de acostarme, el día ha sido duro con tanto paseo arriba y abajo.

Domingo 21 de julio

Madrugón habitual, voy con Miguel y Oriol y recogemos a María Serrat en su hotel. Ningún problema para entrar, dejar el coche y coger la lanzadera, así que como soy el primero en entrar en acción, tengo unos minutos para imprimir la parrilla de la GP3 y trasladarme a la cabina. Está cerca, pero la subida por el caminito se las trae y las escaleras finales son el remate. Pero es un buen atajo, no lo conocía.

Tras la GP3 me voy otra vez al paddock para hablar con Carmen y después dar un vistazo a la Porsche. Saludo a Sven Müller y por supuesto a Alex, quien me cuenta sus penas de ayer. Está lloviendo, a ver si hay suerte y dura hasta el mediodía. Intento localizar a mi amigo Stefan “the voice” Heinrich, que este año no viene al DTM pero que está aquí, su voz es inconfundible atronando por los altavoces. Lamentablemente no nos vamos a encontrar. A quien sí me encuentro es a Anja Wente, la jefa de Prensa del DTM que acaba de ser despedida. Me cuenta que le obligaban a trasladarse a Stuttgart y que ella no ha querido.

Nuevo viaje a la cabina para la Porsche y al terminar regreso al paddock ¿cuántas veces habré ido este fin de semana? Quedo con Alex para que venga al debate posterior del Gran Premio y me apresto a ver la carrera desde el camión, ya que la cabina de retransmisión del circuito es muy pequeña y los cuatro allí dentro, Merlos, Villadelprat, Alguersuari y el técnico de sonido, Giovanni, ya son suficientes.

Al acabar me doy un paseo por el exterior de las tribunas para ir a recoger a Alex. Cuando nos encontramos tenemos verdadero trabajo para andar, ya que vamos en sentido contrario al de la marcha y el río de gente es notorio. ¡Y menos mal que este año ha venido poca gente!

En una semana viene el próximo Gran Premio y por tanto todo el mundo trabaja a destajo para no perder tiempo. Después del debate con María la wi-fi se corta enseguida y los técnicos ya están recogiendo cable sin perder un segundo, esta vez no puedo colgar la crónica de la carrera, ya lo haré cuando pueda.

Hay poco que hacer aquí, así que me voy con Joan y Josep Lluís al hotel del aeropuerto en Frankfurt. Es descomunal pero bien comunicado con la terminal. Quedamos a las seis de la mañana para coger el avión de regreso a casa, habrá que ir rápido con la ropa, que en nada nos vamos a Hungría. Ahora el check in de las maletas es también “automático”, es decir, tienen que hacerlo los propios pasajeros. Un día de estos nos darán las llaves para que pilotemos el avión y así ahorrarse el sueldo de los pilotos…