Mi Gran Premio de Hungría

Casi sin tiempo para respirar ni hacer la colada volvemos a viajar, esta vez a Hungría. Al igual que hace una semana, vuelvo a un circuito en el que hace muy poco que he estado.

Y además con la amenaza del calor. Si en Alemania sufrimos, lo lógico es que en Hungría sea peor, pero en algunas predicciones hablan incluso de lluvia, especialmente el domingo.

Jueves 24 de Julio

Cola descomunal para facturar en la compañía aérea Wizz que ya me hizo de las suyas hace un par de meses. Tras casi una hora esperando toca más espera para el embarque. Esta vez coincido con Alex Riberas, pero también con Sergio Canamasas y con su fisio, Javier Ruíz. Juntos la espera no es tan tediosa, charlando de esto y de lo otro. Nos sentamos juntos en la primera fila, Sergio no se acuerda de abrocharse el cinturón de seguridad y cuando la azafata se lo indica exclama “es que si no es uno de seis puntos me pierdo”.

Ningún problema para llegar al hotel, salir a almorzar y luego pasar la tarde trabajando en la habitación. Al final me voy al spa y me relajo nadando un poco. Oriol Puigdemont, de El País, aparece por aquí. Más tarde encuentro a diversos miembros del equipo que van llegando al hotel y acabo cenando con Joan Villadelprat aquí mismo. Pablo de Lorenzo, el productor, quiere cenar con nosotros pero no le dejan: la cocina ya está cerrada y sólo son las 10 de la noche.

Viernes 25 de Julio

Llegamos al circuito de buena mañana y lo primero que hago es irme al hospitality de Force India, tengo que ver a Daniel Juncadella para darle un encargo. No ha llegado todavía, así que le espero tomando un café. Luego voy a la TV Compound, a nuestro camión. Lo primero, saludar a todo el mundo: Alex Thompson, Laura Naranjo, Albert Palau y Laura, su ayudante de realización, Inma, Juanjo, Roberto, Giovanni, Alberto… y por supuesto Miguel Martínez Cueto, Josep Lluís Merlos, María Serrat y Joan Villadelprat.

Toca hacer la retransmisión de los Libres 1 con Josep Lluís porque Alguersuari está probando los Fórmula E y llegará más tarde. Después de una sesión sin incidencias me voy a comer al hospitality de Porsche, así veo un momento a Alex, que está marchando a una reunión de estrategia para los libres. Ya nos veremos en otro momento.

Los libres 2 los hago con Josep Lluís y Joan y mientras tanto llega Jaime, que se incorpora al programa posterior. Al terminar me voy al paddock de la Fórmula 1 y después a la cabina para ver y “retransmitir” los libres de GP3 y Porsche como es habitual. No sucede nada excepcional.

Por la noche hay un evento para la prensa, pero decido no ir porque estas cosas se alargan mucho. Cuando estoy en la piscina llega Joan y me dice que Jaime y él se van a cenar, que si me apunto. Lo hago, vamos al restaurante “Paprika” y cenamos de maravilla.

Sábado 26 de Julio

Vamos con Miguel al circuito, pasamos por la famosa Plaza de los Héroes y al llegar le pido a Joan que me suba el ordenador, yo me voy al paddock de la GP3. A estas horas llegar hasta él ya es un esfuerzo por el calor. Hablo con Nuno, con Jimmy Eriksson y con Carmen Jordá entre otros. Después me toca la “remontada” hasta la TV Compound, llego reventado y completamente sudado. Empezamos bien el día.

Me toca “abrir fuego” con la clasificación de la GP3, esta es una cabina agradecida porque se ve bien la pista, es amplia, aunque no muy confortable. Pero ir echando un vistazo hacia la pista de vez en cuando siempre se agradece. Después de los libres de Fórmula 1 vuelve a ser mi turno con la Porsche. Alex lo hace muy bien y se clasifica en sexta posición.

Empieza a hacer calor bochornoso, afortunadamente la cabina y el TV Compound están casi frente a frente así que las caminatas son cortas. Lo que está lejísimos son los paddocks y para llegar a ellos además hay que subir y bajar un sinfín de escaleras.

Esta vez no hay tiempo para ir a comer a ninguna parte, así que me conformo con los bocatas que hay en el camión. No quiero perderme ni un minuto de la clasificación de F1 y hago bien, ¡hay que ver la de cosas que pasan en la Q1! El incendio de Hamilton y la pifia de Ferrari con Raikkonen configuran una buena parrilla para mañana. El bochorno se convierte en lluvia, la Q3 es también espectacular.

Con tiempo de sobras me preparo para la retransmisión de la carrera de GP3 y llego a la cabina muy pronto. Tanto, que hasta me da tiempo para relajarme un poco y cerrar los ojos. Sin embargo desde control me ven con la cámara giroscópica y Albert y Miguel deciden hacerme una jugarreta y me sacan de mi agradable sopor reclamándome a Giovanni con urgencia, que me avisa presuroso con una sacudida. Muy graciosos…

La carrera de GP3 es excelente, un bonito duelo entre Stanaway y Visou y me lo paso bien narrándola a pesar de hacerlo solo. Es difícil decidir en cada momento que pantalla seguir, si la de imagen o la de tiempos y tengo que ir girándome constantemente para no perder comba. Pero como las carreras son cortas e intensas, a la que me despisto ya estamos acabando. Vuelvo al hotel con Miguel, a estas horas todos los que pueden ya han desfilado hacia Budapest. Lamento que muchos no pueda hacerlo por culpa de lo tarde que acaba la GP3, pero que le vamos a hacer.

Al marchar veo un momento a Sergio, le pregunto si está bien tras su accidente, me hace una señal aprobatoria, pero no está para charlas. Al menos no le ha pasado nada físicamente, pero el susto ha sido de los grandes.

Hoy toca ir a cenar con Pablo y Joan se apunta. Vamos a un lugar famoso y que no es caro. Cenamos bien, a gusto, con un poco de música zíngara y por aquello del lugar en que estamos, Pablo y yo nos zampamos el reglamentario “goulash” que está de muerte. Luego, para seguir con las cosas tradicionales de la zona me como un filete al estilo de Transilvania nada menos, en honor del fantasma de Boris Karloff, que tengo la sensación de que está por aquí.

Domingo 27 de Julio

Toca bajar con la maleta, pasar por la plaza de los Héroes otra vez y enfilar hacia el circuito. Miguel se pasa de frenada y se salta la entrada, damos un buen rodeo pero tampoco es demasiado grave. Llegamos con tiempo suficiente para tomar un café antes de que yo me vaya a la cabina, la segunda carrera de GP3 nos espera.

No es tan buena como la de ayer, pero igualmente me pasa en un santiamén. Estoy tan concentrado en lo que hago que me olvido que Giovanni está aquí conmigo y cuando me quito los cascos y le veo me pego un susto. “No sabía que estabas aquí” le digo, “¿cómo no voy a estar? Siempre que haya alguien retransmitiendo estoy controlando”. Tiene toda la razón.

Poco después toca la Porsche, Alex lo hace muy bien, se coloca cuarto y se defiende como un león frente a Amermuller. Al terminar, empiezo mis personales preparativos para la carrera bajando primero al paddock. Veo a María y a Joan listos para entrar en acción con los cámaras y sus ayudantes Iker, Troyano… hay que ver el despliegue que comporta hacer la televisión así ¡yo que estoy acostumbrado a ir solo al DTM me pierdo con tanta gente!

Quiero comer algo antes de la carrera y ¡zas! el tomate del bocata cae por el lado contrario y lo hace sobre mi camisa, dejándome una lamparones impresentables. ¿Cómo saldré en televisión así? No tengo más remedio que cambiarme de camisa, ¡maldición! ¡mi maleta está en el coche de María! Afortunadamente Juanjo tiene las llaves, así que pongo el cronometro en marcha. Voy al parking por fuera, andando, por el camino del público. En 9,30 minutos llego al coche. Al volver (con una camisa limpia, por supuesto) empleo 15 entre lanzadera, cruzar el paddock e ir hasta el camión. Ya tengo claro el camino para salir del circuito esta tarde.

Va a empezar la carrera, me instalo en el camión para seguirla desde allí cuando de pronto aparece Miguel. Me pide que vaya a la cabina, así que me pongo con Josep Lluís y con Joan para hacer la carrera. Es buenísima, pasa de todo y en carreras como esta es más fácil hacer la retransmisión, así que quedo satisfecho, obviamente no me la había preparado pero no he desentonado.

Al acabar toca ir al paddock para hacer la valoración final ante las cámaras y aún regreso al camión por si tengo que ir al debate con María, pero no, no me toca. Por hoy los espectadores de Movistar TV ya me han visto y oído bastante. Le indico a Juanjo el camino para ir al parking y va a recoger su coche cambiando las maletas de Laura Naranjo y mía que estaban en el coche equivocado. Nos lleva al aeropuerto por una ruta diferente a la que utilicé hace un par de meses y que es mucho mejor. Es larga, pero bordea Budapest y así nos ahorramos el embotellamiento de la ciudad.

Llegamos con tiempo de sobra, Laura y yo coincidimos con Alex y Jaime que han venido juntos, después vamos a facturar y nos colocamos en cabeza de una larga cola aprovechando que Juncadella, su amigo Víctor y Alex Martos está allí. Hay algunas protestas de los de la cola cuando ven que facturamos, pero en fin, hacemos mutis y nos vamos hacia el embarque. Llegamos muy tarde, estoy cansado pero siempre es un placer volver a dormir en casa.